Una vida al servicio: De veterano de Malvinas a docente y dirigente de FAGDUT

Hoy se cumple 40 años de la acción de recuperación de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, en donde 649 soldados argentinos no volvieron a casa por defender la patria. En este sentido, desde FAGDUT creemos que la lucha por nuestra soberanía merece un reconocimiento; en esta oportunidad es un orgullo contar la historia del ingeniero Enrique Gianelli, veterano de la Guerra de Malvinas, docente de la Facultad Regional Haedo y dirigente de nuestro gremio.

“Me siento un privilegiado de haber luchado por mi Argentina de distintas maneras: tuve la suerte y oportunidad de estudiar en la universidad y ser profesional y fui privilegiado en haber estado participando en la defensa de nuestra soberanía. Digamos que estuve defendiendo la patria estudiando, en combate y trabajando, y ahora como dirigente docente”, manifestó el Ing. Gianelli.

Enrique Gianelli se recibió como Ingeniero Mecánico en la UTN Buenos Aires en 1977 y un año después ingresó a la armada como oficial del cuerpo profesional, con el grado de teniente de fragata. Allí se desempeñó como jefe de control de averías, un puesto que además de requerir la tarea de “arreglar lo que se rompe”, comprendía la carga del combustible.

“Cuando fui a la guerra tenía 30 años. Ya estaba casado y tenía 2 hijas: una de 3 años y otra de 1 año”, detalló Enrique. En diciembre de 1981 las Fuerzas Armadas lo envían de pase al “Destructor Hércules”, un buque que irónicamente estaba construido en Inglaterra, y era la base de nuestra defensa antiaérea. El mismo tenía un gemelo, el Sheffield, hundido por nuestras tropas en la guerra de Malvinas.  

Héroe de Malvinas
“Es un honor haber ido a Malvinas para recuperarlas. Fui un privilegiado en que me hayan elegido”, manifestó nuestro dirigente, quien confesó: “Arriba de un barco no podés saber las veces que hubo un submarino abajo tuyo. Así que no sé en cuántas oportunidades nos jugamos la vida”.

“Recuerdo que el domingo 28 de marzo estábamos haciendo formación en cubierta. En ese momento ocurrieron dos cosas que me llamaron la atención: primero nos dieron la orden de que a partir de ese momento se cortaban las comunicaciones hacia afuera de la unidad, y luego convocaron a todos los oficiales a reunirse en la cámara. Cuando entré al comedor veo a mi derecha un plano enorme de Malvinas. Ahí no hubo más nada que explicar”, describió Gianelli.

Una semana después llegaron a las islas. “No le pude avisar nada a mi mujer. Ella se enteró por los diarios que habíamos tomado Malvinas”, relató. 

Asimismo, el ingeniero a cargo de las averías y el combustible del ARA Hércules detalló que luego de estar 20 días navegando se intentó un ataque sorpresa: “El primero de mayo quisimos hacer un ataque sorpresa a la fuerza inglesa que falló por las condiciones metereológicas, porque no había el viento que necesitábamos para ese portaaviones”. “Si lo hubiésemos agarrado de sorpresa no sé lo que hubiese pasado, pero eso es hacer demasiada futurología, es contrafáctico”, ironizó.

Lo cierto es que el 2 de mayo, a la vuelta de ese ataque frustrado, las tropas británicas hundieron el Crucero General Belgrano, donde precisamente Gianelli había estado los dos años anteriores como dotación en la parte de máquinas. “Muchos de los que estaban ahí eran compañeros míos; me desesperé, miraba las listas de sobrevivientes, hasta que me dije ‘basta, me voy a volver loco’”, recordó Enrique.

Nuestras tropas enfrentaron una batalla con un coraje y valor digno de admiración. “Ellos –los ingleses- esperaban encontrarse con ‘indios de arco y flecha que al primer tiro se iban a asustar’, y se encontraron con gente predispuesta a defender su tierra”, enfatizó el Ing. Gianelli.

La vuelta
La tarde del 14 de junio de 1982 se convino la rendición con el comandante de las fuerzas terrestres británicas y se firmó el alto al fuego. “La guerra uno la vive de una manera, encerrado en su unidad, pero aprende verdaderamente lo que fue la guerra después”, opinó el veterano. 

“Cuando volvimos sentí decepción, incomprensión, no tenía ganas de hablar”, relató Gianelli, y contó que, pese a ser ingeniero, al principio tuvo que mentir en el currículum para conseguir trabajo porque el haber participado en la guerra no era bien visto. “Había un rechazo general muy grande”, señaló, y contó que en aquel entonces trabajó en Sevel – fabrica que hacía Fiat y Peugeot- y luego en el Correo.

“Hasta el año 2000 ni siquiera mi familia hablaba de la guerra”, remarcó Enrique y confesó que fue un proceso de apertura que le costó mucho: “De a poco me encontré con otros veteranos en una casa en Tres de Febrero; me fui uniendo, participando, dando charlas en las escuelas. “Me encontré con un grupo excelente”, resaltó.

A 40 años del conflicto bélico que marcó al pueblo argentino, aún quedan heridas abiertas y deudas pendientes del Estado con los veteranos. “Ninguno de los gobiernos le dio importancia a los soldados. Tal es así que aún seguimos luchando por nuestros derechos”, remarcó el Ing. Gianelli.

Vocación docente
“En el 2000 fui a estudiar a la UTN Facultad Regional Haedo un posgrado, pensando en hacer una asesoría técnica, y me terminé apasionando por la educación”, contó Enrique, quien además de ser docente fue Secretario de Departamento.
Asimismo, contó que se afilió a FAGDUT “hace más de 10 años”, y que para ello se conectó con el Ing. Gustavo Sourigues. “Entré a FAGDUT por convencimiento; me encontré con un lugar donde piensan en el docente. Y en ningún lugar había visto algo gremial que piensen verdaderamente en la gente”, señaló Gianelli, y acotó: “El hecho de decidir por común acuerdo en una buena relación me llamó la atención. Encontré honestidad, cosas claras”.

Hoy además forma parte de la Comisión Directiva de FAGDUT Haedo. “FAGDUT es un gremio que entiende a los docentes”, señaló el dirigente docente. “A lo largo de estos años se fueron logrando muchas cosas, siempre trabajando en equipo, no de forma unipersonal”, destacó el “Veterano de Guerra Tecnológico”, un ingeniero que dedica su vida al servicio; a su joven edad en la Guerra de Malvinas y hace 20 años como docente en la UTN.