Leonardo Melo: “El nuevo reglamento de estudio representa un cambio de paradigma para los docentes tecnológicos”

El consejero superior y docente de la Facultad Regional Avellaneda de la UTN, Esp. Ing. Leonardo Melo, se refirió a la recientemente aprobada Ordenanza 1549, que reemplaza a la 908. La misma establece un nuevo reglamento de estudio, y su exitosa implementación representa un desafío para los docentes. (1era parte)

“La ordenanza 1549 posee algunos cambios significativos que valen la pena analizar, ya que generan un cambio de paradigma para el pensamiento de los docentes tecnológicos” explicó Melo y agregó: “En primer lugar, se define un nuevo sistema de promoción denominado Aprobación Directa (AD), que implica que si un estudiante aprueba una asignatura durante la cursada queda exceptuado de rendir final. Por el contrario, aquellos estudiantes que no alcancen dicha AD, deberán rendir final de la asignatura (aprobación no directa con examen final -AF-). Tanto para la cursada como para el final, la escala de calificación se modifica; la nueva nota mínima de aprobación es seis”.

En este sentido, el consejero superior se plantea algunos interrogantes: "¿Cómo se diferencia aquel estudiante que está para aprobación directa al que no lo está? ¿Cómo se mide esa diferencia? ¿Qué criterios se deben utilizar para la aplicación de la nueva escala numérica?". Estas son algunas de las preguntas que surgen como necesidad para poder adoptar un criterio de acreditación de conocimientos para el nuevo régimen.

“Un buen punto de partida es pensar qué se espera que los estudiantes adquieran al final de la cursada, tanto para alcanzar el régimen de AD o no. Y creo que ahí está la punta del ovillo”, subrayó Melo. “Es un ejercicio sano comenzar por definir los objetivos de la asignatura. Existe una diferencia entre definir el programa en función de los propósitos - qué es lo que el profesor pretende hacer - y definirlo en términos de lo que los estudiantes serán capaces de hacer después, lo que habitualmente se denomina objetivos", aclaró el consejero y docente de la Regional Avellaneda, y continuó: “En el primer caso, la referencia es el punto de partida: ¿Qué se pondrá a disposición de los alumnos?. En el segundo, el punto de llegada en términos de lo que los alumnos sabrán o podrán hacer. Es decir, los objetivos expresan adquisiciones (de habilidades o capacidades) posibles por parte de los estudiantes”.

De esta manera, el ingeniero Melo propone detenerse y pensar sobre los objetivos de la asignatura: "¿Que los estudiantes aprendan todos los contenidos, o que a través del conocimiento específico de los mismos puedan desarrollar habilidades o capacidades que le permitan obtener una mejor conceptualización del área bajo estudio?", reflexionó. “Responder estas preguntas nos pueden ayudar a saber si un estudiante puede o no alcanzar el régimen de AD”, concluyó Melo.